Sin categorizar

Ofici d’antiquari
La figura del anticuario reúne dos aspectos difícilmente asociables: erudición y comercio. Con el paso del tiempo y la formación del mercado del arte, las dos vertientes se han separado y el anticuario ha quedado enmarcado en la comercialización de la obra de arte. De todas formas, si consideramos las antigüedades como lo que son, bienes culturales, el anticuario es un profesional de la cultura y su actividad sobrepasa el hecho estrictamente comercial y se centra en la difusión y la preservación de nuestro patrimonio histórico. El anticuario no es simplemente el intermediario entre el que quiere vender y quien quiere comprar, sino que a través de su labor, la obra se encuentra de nuevo con su primera identidad, el aspecto más próximo al que tenía en su origen, dependiendo del desgaste del tiempo, y su atribución, o su trasfondo cultural e histórico.